Una imagen borra mil palabras

Vendrán nuevos días
tú, todos y muchos lo saben
los días de asueto y felicidad
pasan y pasarán inadvertidos
las oportunidades son efimeras,
el tiempo apremia y, esa pudo...
pudo ser, la ultima vez.

El disgusto nose si tiene más
cabida de tu parte o la mia;
el interés que ostentabas
y que no lo negabas quedó
claro en el sillón atiborrado.

Felicidad

Todos lo vemos, unos corren, los afortunados patean pelotas, los no tanto patean latas o cosas que puedan rodar, los más grandes pasean en sus coches, con sus novias, otros más trabajan, algunos otros se dedican al negocio de aplanamiento de calles, estan los dealers, y demás personalidades de etiqueta y desconocidos. En fin, todo mundo tiene idealizado conciente o inconcientemente su confort, su felicidad, su gusto, su condición y no muy conciente su realidad.

Podemos hablar horas y horas y citar a cuanto personaje versado se les pueda antojar para reflejar y escupir términos, teorías y definiciones de ese estado puramente mental. Podemos retar a cualquier personaje muy bien escrito y leído a tratar de explicar a un ciento de trabajadores mal remunerados, explotados, maltratados sus definiciones más exquisitas con la altivez que suele caracterizar a estos personajes, para decir: felicidad es...bla bla bla, zzzz.

Lo cierto es que la felicidad no radica en lo material y, que un hombre puede ser tan feliz con una cerveza bien fria en la mano, un buen cognac, un buen colegio donde mandar a los chicos o cualquier escuela publica donde mandarlos para otros.